martes, 30 de septiembre de 2014

La bendición del Papa, Scioli avanza y Massa reza por votos


Por Jorge Joury

Cuando faltan 59 semanas para las elecciones, lo que se dice una eternidad en términos electorales, la política se calienta a fuego lento. Presume que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Hay ansiedad y la necesidad de provocar hechos que agiten el escenario. Por eso los rumores vuelan y se fogonean operaciones de todos los colores desde los cuarteles partidarios. Pero hay que reconocer que la jugadora más importante en el tablero sigue siendo la presidenta Cristina Kirchner, tapa de todos los diarios después de capitalizar los cuestionamientos del Papa Francisco a la especulación financiera para su combate con los fondos buitres.
En la acotada rueda de prensa que ofreció tras el almuerzo que compartió con el pontífice en el Vaticano, la mandataria trajo permanentemente a colación la posición papal. Es su as de espadas, ya que  CFK quiere llegar este lunes a Nueva York –la segunda parte de su gira- con “la bendición” de Francisco a su batalla contra los fondos buitre, un asunto del que hablará en la ONU y referentes financieros buscando adhesiones. Aunque una cosa es la coincidencia moral con la especulación financiera y otra la estrategia que está siguiendo el país a través de sus abogados en la lucha más difícil de las últimas décadas. Cristina sabe que cuenta con la anuencia papal, en el sentido de que la deuda no puede pagarse sobre el sufrimiento del pueblo y que el hombre es más importante que el mercado.
La estrategia ahora  es llegar a enero y después cerrar un arreglo con los buitres. Tras ello, salir a los mercados a buscar dinero fresco para tranquilizar las reservas. Mientras tanto, ya estaría la promesa de 4 o 5 mil millones de dólares que adelantarían algunas empresas interesadas en invertir en el yacimiento petrolero de Vaca Muerta. Otro tema que  CFK se prodigó en aclarar, es que Francisco no está preocupado por la gobernabilidad, lo cual disipa la nube negra de eventuales intentos desestabilizadores.

LO MAXIMO

No obstante, la irrupción de Máximo Kirchner, a quien La Cámpora parece dispuesta a impulsar como candidato, según Mariano Recalde, titular de Aerolíneas, fue el hecho más sobresaliente, de una semana que deja muchos retazos para el análisis. Por el lado del massismo, hay marcada preocupación por el amesetamiento de su candidato en las encuestas y algunos cortocircuitos partidarios como la lucha interna en Lanús. Pero lo que más inquieta, es el crecimiento de Mauricio Macri. En tal sentido, se tomó nota del relevamiento de Management & Fit sobre la posibilidad de un escenario de triple empate en el 2015. El líder del FR es consciente que está empantanado y amplió su equipo de campaña. Incorporó al consultor español Antonio Sola y empezó a analizar piezas de publicidad preparadas por el siempre sorprendente creativo Ramiro Agulla. En el comando de operaciones que funciona en Tigre, sostienen Massa tiene tiempo para todo, menos para quedarse quieto, pero aún no encuentra la vuelta para retomar el centro de la escena con un tema convocante. Es público y notorio que el kirchnerismo con sus últimas movidas lo dejaron descolocado.

CAMBIO DE FRENTE

Otra lectura posible de esa encuesta es que si el peronismo se duerme, sigue dividido y queda atado al deterioro predecible del Gobierno, puede terminar contemplando como Macri se alza con la presidencia en 2015. De allí que Daniel Scioli algo así haya barajado dos semanas atrás en La Plata, junto a sus colegas José Manuel De la Sota, Eduardo Fellner (presidente formal del PJ), Gildo Insfrán y José Luis Gioja, junto al funcionario de Presidencia y eterno operador Juan Carlos Mazzón. Comentan que a su retorno de Alemania, el gobernador aceleraría su camino hacia el 2015 con un discurso renovado y de mayor energía, acentuando la ofensiva en Macri, a quien considera el rival a derrotar. El ex motonauta, tratará en su ofensiva de seguir metiendo ficha en suelo camporista para sumar apoyos de los sectores juveniles. Además, ahora alentado por un eventual destierro del FR a  Insaurralde por su voto positivo al FPV, intentará restablecer con el lomense una nueva relación armoniosa para asegurarle el marco que él espera para su candidatura a la gobernación.
Las primeras espadas del estado mayor naranja  consideraron que pese a haber reflotado la idea mantener vivo el paladar ultra K, la jugada de Máximo no busca modificar la Constitución ni instalar una re-reelección presidencial. Tampoco ven probable que el objetivo sea lanzar a Máximo como candidato presidencial, por considerar que los números no lo acompañan. Varios sondeos de opinión pública que se guardan en el más absoluto secreto coinciden en que el hijo de la mandataria mantiene un alta imagen negativa, superior al 50%. Con todo, nadie descarta que la Casa Rosada se encargue de medirlo tras su debut con la intención de perpetuar el modelo.

CUOTA DE PODER

Pero la  estrategia de fondo, como dimos cuenta desde esta columna, consiste en provocar una maniobra electoral que le posibilite al kirchnerismo mantener una cuota de poder más allá de 2015. Y la primera jugada en estudio es que Cristina Kirchner encabece la lista de candidatos a diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante y en el que se disputa la madre de todas las batallas electorales. En la gobernación esta noticia retumbó con fuerza en los despachos y se espera la vuelta de Scioli al país para hacer una lectura más profunda y evaluar qué impacto puede tener en su futura candidatura presidencial llevar a Cristina como cabeza de lista en Diputados por la provincia de Buenos Aires y los posibles efectos colaterales si logra acceder al sillón de Rivadavia. Scioli no quiere gobernar el país con el aliento en la nuca de los ultra K, admitió un vocero cercano al mandatario. También en la residencia de la calle 6 se hizo una lectura de la jugada de Máximo a través de lo que opinaron los principales politólogos.
En tal sentido, Sergio Berensztein consideró que Máximo Kirchner ratificó la voluntad de la Presidenta de manejar la agenda y mantener el control del debate público. “Cristina es una Presidenta hiperactiva, preocupada por la pérdida de poder. Pero tiene éxito en tomar la iniciativa. La aparición de Máximo, junto con otros elementos de la agenda de Gobierno, manifiestan la intensión de querer ser protagonistas hasta los últimos días de la gestión. Su discurso busca fortalecer además la idea de que la única jefa es Cristina”, afirmó.
Con todo, Berensztein consideró que el acto fue una señal de fortaleza y debilidad al mismo tiempo. “Está claro que hay una muestra de poder, pero se logró movilizando a la gente de la manera más tradicional, a través del aparato. La Cámpora nunca ha logrado ganar una elección en ninguna Universidad”, dijo.
El analista Enrique Zuleta Puceiro coincidió. “El primer objetivo de la aparición de Máximo es consolidar la iniciativa política y Cristina lo está logrando, con proyectos que producen shock como la ley de abastecimiento. También busca fortalecer a la militancia y dejar en claro que el proyecto trasciende al 2015. El mensaje es que nadie los derrotó, que se van porque no pueden seguir. En ese sentido, y a diferencia de la oposición, el kirchnerismo tiene estrategia. También dejaron en claro que van a desempeñar un papel opositor fuerte”, afirmó. Según explicó, “Cristina quiere irse como todos lo presidentes de Latinoamérica que han tenido sus últimas etapas nefasta, como una líder de centroizquierda y mantener el liderazgo del arco opositor”.
En la misma línea se expresó Fabián Perechodnik, director de Poliarquía. “Esto no tiene nada que ver con la posibilidad de habilitar una re-reelección ni con una candidatura de Máximo. Cristina busca conservar la mayor cantidad de poder político. Y en esa línea sacó a jugar asu hijo. Generó una novedad política, porque todos estamos hablando de él, y así sigue manteniendo la iniciativa”, explicó. Según agregó, “está claro que ha decidió fortalecer a su núcleo duro, con el objetivo de una continuidad después del 2015”.

FUTURO GABINETE

En los pasillos de la gobernación se comenta que a su regreso de Alemania, Scioli tendría en carpeta un cambio de figuras en su gabinete. La intención sería dejar entrar aire fresco en el último tramo de su gestión. Una de las figuras a reemplazar sería  la directora General de Escuelas, Nora de Lucía, la más vulnerable a las críticas de la oposición por su manejo en el conflicto docente y las últimas medidas educativas. El gobernador no quiere dejar flancos débiles para que sus rivales le cuenten las costillas. Mientras tanto, la última semana, Scioli se encargó de minimizar el discurso del hijo presidencial en el que desafió a la oposición a enfrentar a Cristina Kirchner en las urnas y desestimó a los candidatos presidenciales del oficialismo. El gobernador confía en que sigue en la competición hacia 2015 y, desde su entorno, aseguran que quienes deberían preocuparse son los candidatos que esperaban la bendición de Cristina y que no llegan a 10% de intención de voto.
Posicionado en las encuestas como el oficialista con mayor caudal de votos, peleando cuerpo a cuerpo con Sergio Massa y Mauricio Macri, Scioli apenas aspira a que el kirchnerismo lo deje competir.  Está dispuesto a ir a una interna con cualquier otro candidato del FPV, convencido de que saldrá vencedor, y que la pelea partidaria lo ayudará a legitimar su poder.  Y tras ello hacer realidad el sueño de la unión partidaria a la luz de la histórica frase: “el que gana conduce y los demás acompañan”.
Scioli apenas conoce a Máximo K. “Al final de la elección de 2011 en el hotel o cuando fui a Río Gallegos, que me recibió en el mausoleo”, recordó tiempo atrás, sobre una de las pocas veces que se había visto con el hijo de Cristina. La modesta relación lo llevó a descubrirlo casi como un espectador más cuando se estrenó Néstor Kirchner, la película, en la que Máximo habló públicamente por primera vez. “Me pareció interesante la frescura y espontaneidad con la que contó cada una de las anécdotas. Lo respeto mucho por tener la voluntad de ayudar a su madre y cuidarla, eso merece el mayor de mis respetos”, evaluó el gobernador en aquel entonces, con su habitual estilo contemporizador.
El ex motonauta en la actualidad mantiene apenas algunas vías de comunicación con los jóvenes de La Cámpora, agrupación que lidera Máximo. Los quiere adentro de su proyecto. A diferencia de lo que sucede en el Estado nacional, en el gobierno bonaerense estos jóvenes no tienen ni uno solo de los mil cargos políticos a los que reunió en el Teatro Argentino en agosto. Sólo Santiago Carreras llegó a ocupar la Subsecretaría de la Juventud, lugar que dejó para convertirse en senador provincial en la última elección.
Pero alrededor del gobernador aseguran que, en caso de llegar a la presidencia, varios de ellos podrían ser parte de su gobierno. Eduardo “Wado” de Pedro, José Ottavis, Juan Cabandié y Axel Kicillof son los “camporistas” que se muestran menos esquivos al sciolismo. Del otro lado se posicionan Andrés “el Cuervo” Larroque, Agusto Costa o Mariano Recalde.
“Scioli apuesta a conducir a todos, incluso a La Cámpora”, se ilusiona el titular del Banco Provincia y precandidato a jefe de Gobierno porteño, Gustavo Marangoni, al explicar que quien gane las internas del FpV debe contener a “todo el movimiento”, incluso a La Cámpora, Kolina, y el Movimiento Evita. El enigma es si la espalda de Scioli da para tánto.

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