martes, 30 de septiembre de 2014

¿La tenían a Cristina en Provincia para el 2015?


Por Jorge Joury

En política nada es casual. Habíamos señalado desde este espacio que la irrupción de Máximo Kirchner, con su baño de multitud, fue una suerte de aviso de que el proyecto K está vivo. Se presagiaba un seguro efecto cascada y algunos cambios de frente para los candidatos partidarios. Sobre todo para Daniel Scioli, obligado ahora a ensayar otra estrategia para reforzar su peregrinaje hacia el sillón de Rivadavia. Pero el estado mayor K, de la mano de La Cámpora y siempre dispuesto a ubicarse en el centro de la escena para mantener su cuota de poder más allá del 2015, dejó picando otra sorpresa. La versión que recorre las redacciones de los medios más importantes y que crea otro signo de interrogación, da cuenta que la nueva jugada en estudio es que Cristina Kirchner encabece la lista de candidatos a diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante, que concentra el 38 % del electorado y en el que se disputará la madre de todas las batallas electorales.
Hay motivos y de peso para poner toda la carne en el asador. Tienen que ver con la difusión de una encuesta muy seria y desprovista de tono partidista, que registra un crecimiento tal de Mauricio Macri, que lo llevaría a una inédita posición de paridad en intención de voto con Daniel Scioli y Sergio Massa. Ninguna otra medición, hasta ahora, detectó la existencia de ese virtual triple empate, algo que en su momento también advertimos desde esta columna.
No obstante, los analistas más finos de la realidad creen observar otro intento por transmitirles a todos -propia tropa y opositores- que la Presidenta no piensa ceder un metro de poder hasta que concluya su mandato. Otros lo ven como un globo de ensayo para ganar tiempo frente al irreversible proceso de conversión de la jefa del Estado en el tradicional pato rengo de todo fin de ciclo. Pero lo cierto es que el rumor está y provocará un terremoto en la vereda de los adversarios al kirchnerísmo. También se admitió que una vez instalado el tema, se medirán las reacciones de la gente, para establecer qué números podrían darle o nó soporte a esta flamante movida cristinista.

SIEMPRE HAY MAXIMAS SORPRESAS

La imaginación K para preservar su cuota de poder no tiene fronteras. Los observadores señalan que la pista del nuevo plan la dio Máximo al hablar en la cancha de Argentinos Juniors. “”Si el Gobierno es tan malo como dicen, que le ganen a Cristina””, desafió. No se hizo esperar entonces la rápida denuncia de la oposición, poniendo sobre la mesa un intento bastante desprolijo de apuesta a la re reelección, muy similar a lo que Carlos Menem elucubró a fines de los ‘90. Recuerdo que aquella vez entrevisté al ex presidente en Olivos y después de casi dos horas de charla le dije a modo de chicana : ¿Todavía no me dio un título?. Rápido de reflejos, sonriente como siempre, el riojano redobló la apuesta y disparó : “Si me dejan competir, les gano”. Titulé entonces la tapa de Diario Popular y en ese momento levantó mucha polvareda. Menem era especialista en estas cuestiones y disfrutaba del poder poniendo nerviosos a sus adversarios.
Pero según la temperatura de todas las encuestas, Cristina, como Menem aquella vez, no tiene margen político para forzar una reforma constitucional que la habilite para un nuevo mandato. Tampoco cuenta con margen electoral suficiente para ganar una elección presidencial. Los politólogos más serios visualizan que el escenario más optimista sería quedarse con una cantidad de votos que va del 20% al 30%. Ese porcentaje es perdedor en una segunda vuelta presidencial contra cualquier rival y también en una elección a gobernador. Pero es una cifra muy atractiva para una elección legislativa.
Las primeras espadas de Balcarce 50  admitieron que el plan en estudio ubica a Cristina como cabeza de la lista bonaerense de candidatos a diputados nacionales en todas las boletas de los postulantes a presidente del PJ para las primarias internas abiertas (PASO). Hay que decir que hasta el momento, Daniel Scioli, el que más adhesiones cosecha, Florencio Randazzo, Julián Domínguez, Sergio Urribarri, Agustín Rossi y Aníbal Fernández se anotan en la carrera.  Pero habrá que ver cuántos llegan de pie al 9 de agosto.

MARCAR LA CANCHA

En ese hipotético marco, CFK despejaría cualquier posibilidad de que se de la teoría del pato rengo en su último tramo de gobierno y pasaría a  ser la gran protagonista de la campaña electoral. Además, dan por hecho de que nadie enfrentaría a la jefa en las internas. Entonces buscaría aprovechar la dura contienda presidencial para intentar ganar la elección legislativa el 25 de octubre arrimándose a un tercio de los votos bonaerenses. De ese modo, creen en el kirchnerismo podría perpetuarse en el tiempo y capitalizaría el resultado asumiendo el liderazgo del peronismo a través de un bloque legislativo numeroso e influyente que le responda. Además vendría como anillo al dedo la inmunidad legislativa para abrirle una suerte de paraguas a la jefa de Estado, ante la posible iniciación de causas judiciales una vez que deje el sillón de Rivadavia.
En el fondo, la estrategia K es disputarle el poder a un eventual presidente peronista, sobre todo si llegaran a la Casa Rosada Daniel Scioli o Sergio Massa. Además se podría constituír en una fuerte corriente opositora, si el presidente en 2015 llegara a ser Hermes Binner, Julio Cobos o bien Mauricio Macri. Lo que se entiende en política como marcar la cancha y ponerle el aliento en la nuca al rival.
Aseguran que el plan está en marcha y perfectamente articulado, aunque nadie firma que se ponga rápidamente en marcha. Antes habrá otros pasos a seguir y la  última palabra la tendrá la Presidenta. Es ella quien debe evaluar que tendrá 62 años cuando deje el gobierno. Habrá que ver los riesgos físicos que este nuevo esfuerzo le puede demandar, ya que ha sido sometida a una operación cerebrovascular. La palabra de los médicos y de sus hijos serán determinantes. Deberá evaluar entonces si cuenta con reservas físicas para enfrentar una nueva campaña electoral, luego de ocho años como jefa de Estado y más de una década como legisladora.
Hay un antecedente que despierta optimismo en la tropa K. Cristina aceptó ser candidata a senadora en 2005, cuando Néstor Kirchner la postuló para consolidar su proyecto y vencer al ejército duhaldista en la decisiva tierra bonaerense. Pero los años pasan para todos y ahora  enfrenta el desgaste de su propia gestión. Y encima, hay riesgosas balizas que se encienden en su camino y que marcan la temperatura de un país en recesión, una inflación preocupante y la caída del empleo. Y encima, los fondos buitre, que revolotean hambrientos. Algunos advierten que la bandera de una Cristina protagónica, tiene también la contracara más temida: la de una mujer derrotada eventualmente en una batalla sin sentido, lo cual sepultaría definitivamente el proyecto K. Todavía faltan once meses para Las Paso y no siempre las hipótesis se convierten en hechos de la realidad, más aún en un país donde nadie sabe qué puede ocurrir de aquí al lunes. De todas maneras, con más protagonistas de peso que se suman, la vidriera del 2015 hará subir las apuestas.

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