miércoles, 2 de julio de 2014

Carta abierta a la Selección


Por Jorge Joury

Queridos muchachos: me he tomado el atrevimiento de escribirles para recordarles que hay  más de cien mil argentinos en Porto Alegre esperando el sueño de que exploten. Y por aquí somos millones los que nos vamos a volver a reunir con pizza, empanadas y amigos, para alentar con todo frente a Nigeria. La mayoría de los que están por allá,  juntaron los últimos ahorros para llegar y no la están pasando cómodo. Tengan la seguridad de que no duermen como ustedes, en las camas calientes y confortables de la concentración. Lo hacen donde pueden y comen chatarra, juntando hasta las últimas monedas o haciendo una “vaquita”.
No vienen de jugar la Champion League, sino de laburar en fábricas, talleres o negocios. Colgándose de los micros y abriéndose paso a los codazos en la vida. Tienen las manos tajeadas, pero son argentinos con amor propio. Los que  cantan el himno nacional y se golpean el pecho, como lo hacía Diego. Los que  llevan la celeste y blanca en el corazón, como a la vieja.
Ellos no valen millones de euros, como ustedes, porque Dios no repartió las mismas virtudes para todo el mundo. Pero tienen sangre en las venas y de la buena. Lástima que la de Maradona, al que algunos injustamente llamaron “mufa”, no se la pueda repartir entre el plantel, aunque sea en gotitas. ¿Te imaginás? Tal vez se podría reeditar aquel gol frente a los ingleses. La mano de Dios. O la final contra Alemania, en una gamba y con el pie que le explotaba. Ese era el Diego de todos: firme y digno. Un hombre de honor con la pelota. Incomparable, por dónde se lo mire. Porque nos dio un título y un subcampeonato. Y lo hizo llegando desde Fiorito, con corazón y pases cortos. Dispuesto a entregar su vida por los colores.
Hoy muchos dicen que tenemos la selección más cara del mundo y que no rinde de acuerdo a su cotización. Lo cierto es que el tridente más letal aún no apareció. Solo Messi de a pantallazos, para que sigamos ganando y sufriendo hasta el final. Rogando que Romero continúe atajando todas las pelotas, como un imán.
Querido Alejandro (por Sabella), vos sabés como te quiero. Como hincha de Estudiantes, nos llenaste de gloria. Pero ahora estás en la Selección. Ya no tenés que atacar con Boselli y Enzo Pérez. Ahora tenés a Messi, Higuaín y Aguero. A Di María y a Gago. Y si se te canta cambiar, podés optar por Palacio y Lavezzi. ¿Por qué tanta pijotería, hermano? Si te pusieron en las manos lo mejor del mundo, aprovechalo. Imaginate si te hubiera tocado la zona de Italia, con Inglaterra y Uruguay. Qué hacíamos: ¿nos cortábamos las venas? Nos regalaron a Bosnia, Irán y Nigeria, porque Dios y el Papa, manejaron el sorteo y son argentinos.
Alejandro y plantel: tengan en cuenta que necesitamos una alegría. Más hoy, que los “fondos buitres” nos pusieron el aliento en la nuca y a la guita hay que racionarla para llegar a fin de mes. En el nombre de todos: por favor, exploten frente a Nigeria. Y que de allí en más aparezca otro equipo. ¿Saben que nos gustaría? No solo ser campeones, sino que podamos gritar con orgullo : ¡qué lindo es volver a verte, Argentina! Y si nos toca regresar, que sea con la frente en alto...

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