martes, 29 de julio de 2014

Randazzo y Scioli, se sacan chispas, camino a las PASO



Por Jorge Joury


Por lo que van marcando las encuestas y el posicionamiento de los principales jugadores, por estas horas en el FPV nadie duda que la gran pelea para las PASO será entre Florencio Randazzo y Daniel Scioli. Si las elecciones fueran hoy, los resultados de la interna arrojarían un empate técnico entre ambos. En el estudio que realizó González/Valladares Consultores, sobre los ocho candidatos con que cuenta el oficialismo, el gobernador bonaerense aparece con el 36,9% de intención de voto, mientras que el ministro del Interior y Transporte obtiene el 35,8%.

Según este sondeo, el 27,9% de los encuestados votaría en la interna del oficialismo, en la que se consultó además por las chances de Aníbal Fernández (senador), Sergio Urribarri (gobernador de Entre Ríos), Axel Kicillof (ministro de Economía), Agustín Rossi (ministro de Defensa), Juan Manuel Urtubey (gobernador de Salta) y Julián Domínguez (presidente de la Cámara de Diputados).

Hay que señalar que Daniel Scioli oficializó la semana pasada su candidatura frente a unos 600 funcionarios que fueron especialmente convocadoa al SUM de la Gobernación para poner en marcha a la denominada “ola naranja”, como la llaman los seguidores del ex motonauta. Scioli aparentemente ha cambiado la estrategia, aunque sin descuidar a Massa y está decidido a confrontar con Mauricio Macri para polarizar el escenario con el jefe de Gobierno porteño. Al gobernador no lo inquietan los sondeos que señalan un acercamiento de Randazzo, está convencido de que ganará las internas del Frente para la Victoria, y que llegará al ballottage para luego despegar su discurso del kirchnerismo y obtener votos por fuera del oficialismo.

LAS HERIDAS DEL BOUDOUGATE

Randazzo, en cambio, a la luz de sus resultados y el posicionamiento que ha logrado en la mejora del transporte ferroviario de pasajeros, ha elegido concentrar su pelea en Scioli. El funcionario nacional está convencido que si demuestra que el nombre del gobernador ya no es imprescindible para pelear una elección, podrá ser bendecido por Cristina Kirchner como el candidato a sucederla en 2015.

“Le voy a ganar las PASO a Scioli”, dijo esta semana el ministro del Interior y Transporte. Fiel a su estilo no confrontativo, Scioli se limitó a contestar que : “Lo tomo con respeto” y aseguró que no lo escucharán atacar a su posible competidor.

Scioli corre con una ventaja. Sabe que a Randazzo lo raspa de cerca el Boudogate y le preocupa mucho estar atado al perfil del hombre hoy más cuestionado en el gobierno. Aunque ante los ojos de la opinión pública se muestra como un trabajador incansable, cada vez que habla con los medios el ministro se ve obligado a responder preguntas sobre la incómoda situación judicial del vicepresidente. Es la queja que casi a diario se escucha en su entorno. Sobre esta cuestión, Randazzo está más expuesto que Scioli, al que la onda expansiva del escándalo del vice por ahora pareciera no perjudicarlo. De todas maneras, ambos candidatos tienen un denominador común: están atados a los vaivenes de la marcha de la política económica y la manera en que el gobierno pueda remontar el diferendo con los fondos buitre.

PELEAR PALO A PALO

“Randazzo es un candidato del Frente para la Victoria tan competitivo como Scioli”, señaló Federico González, Director de Marketing Político de González y Valladares, la empresa que realizó la encuesta sobre la interna peronista. “Tiene el mismo desempeño en una eventual interna. Andarían igual y tendría el mismo destino en un escenario de balotage. El desempeño de Sergio Massa es muy estable desde hace unos meses” y aseguró que “hay un crecimiento de Mauricio Macri, que lo ubica virtualmente segundo”.

Según la encuesta conocida el fin de semana, el resto de los posibles postulantes del FPV no logra llegar al 10% de intención de voto. En el tercer lugar de la interna del oficialismo, Aníbal Fernández consigue el 8%, y en cuarto lugar se ubica Sergio Urribarri, con el 6,3% de los votos. En las últimas semanas, el gobernador de Entre Ríos debió dejar las recorridas nacionales de lado por las inundaciones que sufrió su provincia. A pesar de no haber mostrado intenciones de competir, Axel Kicillof sigue de cerca al mandatario entrerriano.

Con el 5,4% de intención de voto aparece Agustín Rossi, quien a pesar del bajo número no pierde el optimismo, y ayer disparó contra Scioli y contra Mauricio Macri. “La política es mucho más que una discusión de colores. Ni ola amarilla, ni ola naranja: tenemos que apostar a la continuidad del proyecto nacional”, dijo. Muy por de bajo en el sondeo, aparecen Julián Domínguez y Juan Manuel Urtubey, quien no oficializó que pretende competir por la Presidencia.

LAS LUCHAS INTERNAS EN EL MASSISMO

Mientras tanto, en los cuarteles del massismo siguen las pujas internas. Van más allá de la llegada o no de Martín Insaurralde a ese espacio y las iras de Darío Giustozzi. Al parecer la temperamental Malena Galmarini le pidió a su esposo que despache lo antes posible a Martín Redrado. La mujer del lider del FR le hizo la cruz al economista, después de las denuncias que formulara su pareja, la modelo Luciana Salazar, por presunto maltrato. Pero más allá de esta circunstancia que se definiría en las próximas horas, la pelea por captar partidos y nuevas figuras políticas entre Mauricio Macri y Sergio Massa, parece haber entrado en una guerra sin cuartel. En el macrismo están que trinan porque el massismo anunció, con bombos y platillos, la “incorporación” de dirigentes del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) y el Partido Demócrata de Mendoza, dos tradicionales aliados de Pro. No obstante, en las últimas horas la Convención Nacional del MID, comunicó que lo decidido por el Comité Nacional del mismo partido “no tiene validez política”.

Lo mismo hizo la dirección de los demócratas mendocinos: su presidente, Richard Battagion, manifestó que “el PD tiene un solo acuerdo vigente, y es con Macri, y a favor del futuro del país”, y fue muy duro con Massa, con quien, según dijo, “no hay ni habrá ningún tipo de acuerdo, porque representa a los mismos que vienen gobernando desde hace 30 años”. Las peleas por dirigentes no son para nada nuevas: días después de que el ex diputado Eduardo Amadeo anunciara su “pase” al macrismo, el massismo contraatacó con la separación de sus concejales del bloque conjunto que tenían en Vicente López, que servía de apoyo a la gestión del intendente Jorge Macri. La batalla de cara al 2015 será larga y con muchos capítulos para la sorpresa, tanto en el oficialismo como en la oposición. Todavía hay un espectro amplio de jugadores que orejean las barajas y esperan el momento justo de tomar posición en el tablero. Pero primero quieren cerciorarse en cual de los espacios en pugna alumbrará más el sol.

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